jueves, 10 de noviembre de 2022

PASIONARIA VISTA POR ANTONIO MACHADO

El periodo de la guerra de España (1936-1939) es la etapa de mayor compromiso político del poeta Antonio Machado.

Lejos quedan los alegres días en los que izó la bandera tricolor en el ayuntamiento de Segovia. La terrible guerra y sus derivadas hacen que Machado se implique en la defensa de la República.

Para ello escribe y colabora con distintas publicaciones.

Refrescamos la memoria del poeta con un artículo que firma en el periódico Frente Rojo, órgano de información del Partido Comunista, sobre la escultura que Victorio Macho hace de la dirigente comunista.

https://www.youtube.com/watch?v=fZEQK-XM-uU



El escultor Victorio Macho trabaja con Pasionaria. 1937.



Pasionaria, de Victorio Macho, 1937.

 


FRENTE ROJO, Valencia, 22 de septiembre de 1937


El Bronce de "Pasionaria" visto por Antonio Machado

"Es "Pasionaria", en ese bronce, por obra del genial Victorio Macho, lo que es ella misma en su vida ejemplar: una lección españolísima de dignidad y fuerza".

Con motivo de la Exposición del busto de "Pasionaria", esculpida por el primer escultor contemporáneo, Victorio Macho, nuestro gran poeta Antonio Machado ha escrito las siguientes cuartillas:

Entre las muchas pruebas de actividad fecunda que viene dando este organismo -la Casa de Cultura-, se nos ofrece hoy la exposición de la obra escultórica de nuestro gran Victorio Macho. Obra de circunstancias es ésta y, digámoslo en justo y supremo elogio de ellas, obra a la altura de las circunstancias. Todos sabemos que las circunstancias actuales son aquellas poco frecuentes en que un pueblo, un gran pueblo, tiene su vida puesta al tablero, lucha por su propia existencia, mantiene con firmeza y heroismo nunca igualados su derecho a continuar en la historia. Y en estos momentos, ¿qué cosa mejor puede hacer un artista que dejarnos en bronce, para siempre, la figura de "Pasionaria"? Perdonad que no añada muchos adjetivos, por respeto a la emoción casi religiosa que el solo nombre de "Pasionaria" ha de despertar necesariamente en nuestros corazones. ¿No es ella España, nuestra España en el trance actual: un éxtasis de suprema honradez y de supremo orgullo? Una emoción sagrada, en efecto, parece haber guiado las manos plasmadoras de Victorio Macho, para sacar del limo de la tierra esa figura santa de mujer, que hoy admiramos en el bronce, los brazos ceñidos al cuerpo y los puños cerrados en una tensión que no es precisamente de combate, sino de firme alerta, el pecho adelantado, la cabeza erguida y los ojos inmortales, ojos de estatua que no miran y enseñan a mirar, severamente enfocados hacia el porvenir. Es "Pasionaria" en ese bronce, por obra del genial Victorio Macho lo que es ella misma en su vida ejemplar: una lección españolísima de dignidad y fuerza, sin sombra de jactancia. Nada hay en ella -miradlo bien-, ni en su vestido ni en su gesto, que no nos revele la humilde obrera que ganó su pan con el esfuerzo de sus brazos: nada hay en ella, sin embrago -reparadlo también- que no imponga respeto, que no acuse la voluntad insondable, capaz de todas las hazañas y de todos los sacrificios. "España soy -nos dice "Pasionaria" en ese bronce, vuestra pobre España, traicionada, vendida, ultrajada, a solas con su destino, invadida y cercada por enemigos tan viles como poderosos, pero firme y serena, en paz con su conciencia. España soy -nos dice "Pasionaria" en ese bronce- alerta, vigilante, atenta sólo al porvenir de mis hijos. Podrán matarme: no me podrán quitar la razón de vivir.

Mi más cordial enhorabuena al autor de una gran escultura, digna de un gran modelo. Mi más sincera y respetuosa felicitación al Gobierno de nuestra gloriosa República, que tan poco tiempo ha tenido que esperar para ver cómo se van logrando los frutos de sus más valiosas iniciativas.

Antonio Machado