UN REY INAUGURA UN
CAMINO
La Correspondencia de
España es un periódico que se encuentra depositado en la Biblioteca Nacional de
España. La difusión de este artículo es de carácter cultural y divulgativo.
Agradecemos la
colaboración del Centro de Montes de Valsaín y de Pedro Heras.
Los años que transcurren
entre 1880 y 1888 suponen una auténtica transformación de Valsaín. Se podría
denominar a este periodo como la "década prodigiosa" y su resultado
es el alumbramiento de un nuevo núcleo de población, La Pradera, que incluso
supera a Valsaín en población y en número de edificaciones.
Panorámica de La Pradera de Navalhorno y Valsaín. Macario García,
1880-1885. Col. Pedro Heras.
Este cambio drástico fue
posible gracias a la apuesta que realizó la Corona para iniciar la explotación
moderna del pinar. Consciente de su potencial económico la Corona confió al
Inspector de Montes, Roque León del Rivero, el desarrollo y planificación del
proyecto.
Vista panorámica del Real Taller de Aserrío. Pradera de Navalhorno,
hacia 1885. Centro de Montes de Valsaín. Org. Aut. Parques Nacionales.
La urbanización y
construcción del nuevo poblado maderero de La Pradera, la puesta en marcha del
Real Taller de Aserrío Mecánico y sus edificios auxiliares, el depósito de agua
y el trazado y desarrollo de las pistas forestales de la Cruz de la Gallega o
la Cueva del Monje son algunos de los acontecimientos que se produjeron en
estos años. Asociados a este periodo se encuentran figuras de renombre, como el
mencionado Roque León del Rivero, Joaquín Mª de Castellarnau y Rafael Breñosa.
Detalle vista panorámica. Valsaín. Macario García, hacia 1880-1885. Col.
particular Pedro Heras.
Nos detenemos en la
inauguración de la pista forestal de la Cruz de la Gallega (1882), verdadera
referencia en el imaginario gabarrero de Valsaín y La Pradera. Y vemos como un
humilde camino es inaugurado por un rey:
"Nos dicen de la
Granja: San Ildefonso, 23.
Esta tarde, como anuncié
en otra carta, se ha verificado la inauguración del camino forestal de la Cruz
de la Gallega, sin que por falta de tiempo haya podido efectuarse la del
depósito de agua de la Pradera.
El camino forestal
comienza cerca del pueblo de Valsaín y se dirige al pinar del mismo nombre por
la Cruz de la Gallega, terminando hoy en la pradera de los Leonardos, así
llamada porque cuando pasaba el camino de Madrid por dicho punto (1794) allí establecían
la desuelta de sus ganados los vecinos de San Leonardo (Soria), que se dedicaba
a surtir de maderas a la capital de España.
A las seis y cuarto de
la tarde llegaron SS.MM. y AA. al punto encima del pueblo de Valsaín, donde
empieza el camino forestal.
En un precioso milord
iban sus majestades la reina y el rey, y en una (ilegible) guiada por S.A. la
infanta Isabel vimos a SS.AA. las infantas doña Paz y doña Eulalia, a los
ministros de Fomento y de Hacienda y al mayordomo de semana, Sr. Ulibarri.
Allí les esperaban el
administrador patrimonial, conde de Villanueva, y el inspector de montes,
director del camino, Sr. Rivero.
Recorrido por las reales
personas los 4700 metros que tiene de longitud, no pudieron menos de manifestar
al ingeniero las preciosas vistas que desde la Cruz de la Gallega se observan;
vistas completamente nuevas para las personas que visitan este delicioso sitio
real, que sólo están acostumbradas a admirar el valle de Valsaín, no el del
Aceveda, que tiene, si cabe, mayores encantos.
El inaugurado camino
recorre una gran estensión del pinar, y favorecerá muchísimo su esplotación,
puesto que para eso ha sido estudiado y construido por los ingenieros de montes
de la real casa.
Las reales personas
manifestaron más de una vez su complacencia, por la construcción de tan hermoso
camino al director de las obras.
La noche sorprendió a
los espedicionarios en medio del pinar, por lo cual no fue posible que las
reales personas pudieran presenciar la inauguración del depósito de aguas de La
Pradera.
Este consiste en un gran
estanque que puede contener 800 metros cúbicos de aguas destinado no solo a
surtir de abundante riego al arbolado que guarnece las ocho calles de la nueva
colonia maderera allí edificada a espensas del real patrimonio, en lugar de la
antigua, infecta, mal sana y pantanosa que existía, sino a responder a la
exigencia de cualquier fuego que allí ocurrir pudiera, y que sería difícil
poder combatir sin la existencia del depósito de agua, perfectamente situado al
efecto.
No terminaremos estos
apuntes sin espresar que este año se ven mejoras notables en este real sitio,
respecto del ornato indispensable de todos los paseos y del arbolado, a cuyo
cultivo dedican sus inteligentes afanes los encargados de su fomento en este
real sitio.
Felicitamos al ingeniero
jefe de montes Sr. Rivero, al cuerpo facultativo del ramo y al patrimonio, por
una reforma tan necesaria y conveniente. M"
La Correspondencia de
España, año XXXIII, nº 8.890, 25 de julio de 1882. Biblioteca Nacional.